El 8 de marzo, una intervención del FBI puede dejar a millones de personas sin acceso a Internet. Sería la consecuencia de una operación contra un virus troyano, DNSChanger.
Este virus, cuando se instala en un ordenador modifica los parámetros DNS del mismo para dirigir al internauta a páginas maliciosas. Según explica Luís Corrons, director de Panda Lab, cuando un internauta escribe una dirección de Internet, la red necesita traducir este nombre a una secuencia de números (la dirección IP) que es la que entienden las máquinas para administrar el tráfico.
El virus altera la configuración de la máquina para redirigir a un servidor corrompido que modifica el proceso de traducción para llevar a las páginas creadas por los autores del virus. Si el FBI cierra el servidor para evitar las maniobras maliciosas, los internautas que tengan la máquina dirigida al mismo no podrán consultar Internet escribiendo el nombre del sitio deseado.
Únicamente podrán hacerlo si escriben el número real de la dirección IP del citado sitio, una maniobra tediosa y que exige conocer el citado número.
Este virus fue detectado en 2006. En noviembre de 2011, los seis estonianos y un ruso a quienes se atribuye su creación fueron arrestados en una importante operación contra el cibercrimen. Se calcula que el virus había infectado cuatro millones de máquinas de cerca de 100 países. El FBI calculó que los cibercriminales lograron un botín de 14 millones de dólares (10,3 millones de euros) desde que el virus empezó a trabajar.
Una vez infectada la máquina, el virus, cuya existencia no era advertida por el usuario, conseguía que el internauta que solicitaba acudir a determinadas páginas fuera redirigido a otra web. El mismo virus también alteraba la publicidad que se presentaba en determinados sitios. La red cobraba por el incremento de visitas o por la publicidad incrustada.
Los detenidos habían creado una falsa agencia publicitaria para recaudar los beneficios. Los acusados hacen frente a penas de prisión por fraude en las comunicaciones y uno de ellos, por blanqueo de dinero. También se persigue a la empresa que albergaba los servidores que sostenían el sistema para gestionar el control de las máquinas comprometidas. Trend Micro fue la empresa de seguridad que colaboró en las indagaciones.
El internauta afectado por el virus no únicamente debe suprimirlo de su máquina. Debe proceder a una nueva configuración para enlazar con el servidor adecuado para la maniobra de traducción. Hay páginas que explican como detectar si la máquina está infectada y los procesos de limpieza.
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