La noticia cayó como una bomba en el campamento, entre los
periodistas que recién estaban acomodándose en el campamento en
Fiambalá, dispuestos a arrancar la cobertura para una de las etapas más
difíciles del Dakar.
A través de su cuenta en Twitter, el mendocino
Orlando Terranova, que ayer había logrado un resultado histórico al
meter su Toyota en el segundo lugar de la categoría autos, comunicó su
abandono de la carrera. ¿El motivo? Problemas personales de su
navegante, el estadounidense Andy Grider.
Tras el segundo puesto
de ayer, Terranova debía largar la especial de la etapa cinco minutos
después de las diez de la mañana. Pero cerca de las 8.30 apareció en su
cuenta un twitt que fue una bomba para sus seguidores: "Con el dolor mas
grande debo comunicar que por un problema personal/familiar de Andy
Grider debo abandonar el Dakar 2012. El dolor me invade". Textual,
claro, sin vueltas. Era el fin de un nuevo intento por estar en lo más
alto y del sueño de llegar lo mejor posible a Lima.
"Es el peor
momento de mi carrera deportiva, ya que nunca había llegado en tan buena
condición. Quiero agradecer a todos por su apoyo", dijo el mendocino,
quien luego agregó: "Mi compromiso es con el futuro y con la solución
del problema de Andy".
Más allá de la situación que pueda envolver
a Grider, algo que todavía no trascendió, lo cierto es que el Dakar
terminó de forma abrupta para Orly. Se trató de su cuarta participación.
En 2009, el mendocino abandonó tras accidentarse en la décima etapa.
Ese día venía volando y estaba entre el top ten. En 2010 le fue mejor:
con una Mitsubishi Lancer Racing, logró terminar en el noveno puesto de
la general. La mala fortuna volvió en el Dakar pasado, cuando se marchó
de la carrera tras otro palazo en Chile. Ese día –en el tramo
Arica-Antofagasta- su BMW sufrió el golpe contra una piedra y Terranova
dejó la competencia cuando peleaba el séptimo puesto de la general.
El
Dakar 2012, al que todo indicaba que iba a llegar de la mano de
Volkswagen, hasta que sobre el final del año arregló para sumarse al
nuevo proyecto de Toyota, no había comenzado del todo bien. Había
sufrido la rotura de palieres en la etapa que atravesó por El Nihuil y
eso lo retrasó en la general, dejándolo a más de una hora y media del
puntero. Pero con el correr de las jornadas había comenzado a remontar
la cuesta. Y ayer había logrado un enorme puesto dos, peleando mano a
mano con el francés Stephane Peterhansel y aprovechando los problemas
del qatarí Nasser Al-Attiyah.
Párrafo aparte para el tema
navegante. Para este Dakar, el elegido había sido el español Lucas Cruz.
Un tipo experto, laureado (campeón del Dakar 2010 como navegante del
Matador Carlos Sainz) y con el que, por sobre todas las cosas, compartía
el idioma, algo importante a la hora de compartir un habitáculo. Pero
tras el Rally de Marruecos, en la primera experiencia del mendocino con
la Toyota, todo cambió: Cruz se bajó el equipo de Orly y se subió
sorpresivamente al Hummer de Nasser Al-Attiyah, el campeón vigente.
Terranova debió salir a buscar otro tipo con experiencia y encontró a
Grider, quien había sido navegante de Robby Gordon, que hoy tiene como
"cliente mimado" al Príncipe de Qatar.
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