La muerte de Rubén Darío Schmid (31), quien quedó atrapado en el
ventiluz de una casa deshabitada a la que intentó entrar a robar, en
Campo Viera, sacudió la modorra de los habitantes de esta localidad
misionera.
Fueron pocos los que se acercaron para la última
despedida del joven carpintero, que sorprendía con sus trabajos en
madera pero también por su adicción al alcohol y los psicofármacos. Los
forenses no dudaron al momento de establecer la causa de la muerte: asfixia , escribieron en el informe que en los próximos días llegará al Juzgado de Instrucción de Oberá.
Desde
la Policía de Misiones dijeron que Schmid había vivido su adolescencia
en Buenos Aires, donde todavía reside su hermano. Hace unos cinco años
regresó a su pueblo natal tratando de escapar de su adicción. Algún
tiempo frecuentó una iglesia evangélica y trabajó en un aserradero para
luego dedicarse a la fabricación artesanal de sillas, sillones y otros
pequeños muebles en una precaria carpintería que instaló en su casa.
Gladys
“Tita” Heimlich, una vecina de Rubén Darío, recordó que lo conoció
apenas regresó al pueblo. “Venía a mi casa a buscar hielo porque no
tenían o no le funcionaba la heladera.
Era muy educado y respetuoso, pero los fines de semana bebía y entonces se descontrolaba ”.
El
alcohol que Schmid consumía con sus amigos se potenciaba por la mezcla
con ansiolíticos de
diferentes marcas que fueron hallados en la mochila
que dejó en el lugar donde murió atrapado.
En los cinco años que vivió en Campo Viera tuvo al menos 20 ingresos en la comisaría
. “Muchos fueron por contravenciones, pero también por hurtos, robos y
casos de violencia familiar y en un bar, donde destrozó botellas con un
taco de pool”; dijo el comisario del pueblo.
La Policía estableció
que el lunes 30 de abril a la noche Schmid estuvo bebiendo con algunos
amigos y a eso de las diez le anunció a su mamá: “Me voy, no me extrañes porque ya vuelvo”
. La mujer esperó hasta el miércoles el regreso de su hijo. Entonces
fue a preguntar a la comisaría, creyendo que había caído preso otra vez.
Pero nadie sabía el paradero de Rubén Darío.
La Policía armó
carteles con su foto y comenzó la búsqueda por la casa de sus amigos y
conocidos, pero nadie lo había visto. El sábado 5 de mayo, el cuidador
de una casa rural deshabitada que está a media cuadra de la casa de
Schmid, fue a ver el predio.
El hombre recorrió el frente, abrió una puerta y fue al baño. Allí, en el ventiluz, se encontró con las piernas de una persona y avisó enseguida a la Policía. La búsqueda de Rubén Darío había terminado.
El
joven intentó deslizarse hacia el interior de la casa por un pequeño
ventiluz y quedó trabado, sin posibilidades de regresar al exterior. La
única explicación que la Policía y los forenses encuentran para esa
situación es que el joven trató de meterse a la casa para robar y quedó
allí trabado en el hueco, de tal forma, que murió asfixiado.
Fuente: Clarin.com
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