A Mirta Núñez se le estrujó el alma cuando pisó las Malvinas por
primera vez. Es una de las 2500 pasajeras del crucero Star Princess, con
bandera de las Bermudas, uno de los territorios británicos de ultramar,
que el sábado a la mañana atracó frente a la capital de las islas por
unas horas. Como ella, fueron varios los argentinos que se mostraron
emocionados y conmovidos, algunos hasta las lágrimas.
La llegada
de los 2500 pasajeros cambió el paisaje de las islas. Las calles vacías
se llenaron y los locales de souvenirs agotaron llaveros, pines y
lapiceras. Para los argentinos fue dura la elección. Casi el 100% de los
regalos que pueden comprarse aquí dicen "Falklands" y eso, según
contaron duele. "Me encantaría llevarme una remera de acá. Pero no la
podría usar", dijo una mujer que prefirió no identificarse mientras
revolvía en el Capstan Gift Shop, una de las tiendas de souvenirs.
Apenas encontró un par de llaveros sólo con pingüinos para llevar a
casa.
Mirta Núñez y Rodolfo Carrizo se detuvieron frente a la
catedral de las islas para hablar con Clarín.com. "Vinimos en el Star
Princess y uno de los puntos a tocar es Puerto Argentino, aquí en
Malvinas. Estamos paseando, recorriendo, con un sabor agridulce por
momentos", confesó Rodolfo a quien le viene a la mente "el sin sentido
de las guerras, de este conflicto" mientras camina por la Ross Road, una
de las calles principales de las islas.
"Me hizo bien ver a los
isleños. Era necesario verlos y entenderlos. La violencia no conduce a
nada. Quisimos tomar esto con la violencia y nos equivocamos. Pero
viendo como viven hay que respetar esto también", continuó.
Rodolfo
subrayó: "Esto no deja de ser argentino. Por la historia, por todo lo
que pasó. Los que viven aquí son personas que vinieron y colonizaron
pero no son originarios de estas islas. Nosotros como argentinos, lo
perdimos, lo entregamos, lo que sea.
Ahora es necesario llegar a un
arreglo pacífico".
A Rodolfo le gana la emoción y se le aflojan
las lágrimas mientras habla. A su lado, su mujer Mirta también siente
ese mismo sabor agridulce. Para ella, este rincón del mundo "es
argentino". "Venía con muchas ganas de conocer. Cuando bajé y puse el
pie fue una cosa en el estomago, se me caían las lagrimas, una emoción
muy fuerte. Me voy a mandar una carta, una postal, para que me quede
constancia de que estuve aquí", le contó a Clarín.com.
Enfrente a
la catedral, Jorge Rodríguez también se muestra conmovido. "Es muy
emotivo. Vine en un crucero de bandera inglesa, pero con mucho respeto",
explicó. Las islas "me parecen muy tranquilas, son muy lindas",
continuó. Jorge lamenta no tener más tiempo para quedarse. Los pasajeros
empezaron a bajar a eso de las 11 de la mañana y a las 18 parte la
última lancha de regreso hacia el crucero. Le hubiese gustado ir hasta
el cementerio argentino de Darwin. En su lugar, Jorge contó que irá "al
museo donde también existen cosas de la época conflictiva, de 1982, y
tengo pensando dejar mi corazón con una oración por toda la gente que ha
sufrido acá sea de un lado o de otro".
Juan Mineto es de Mendoza,
vino con su familia en el crucero. Y se detiene a hablar frente al
Liberation Memorial -o monumento de la liberación- levantado en honor a
los británicos que murieron en el conflicto. "Es lindo, es chiquito pero
es lindo. Nos hubiera gustado ir al cementerio de Darwin", pero con el
tiempo en contra prefirieron recorrer la ciudad.
Un grupo de 50
argentinos no quiso perderse esa oportunidad. Subidos a un micro enorme
viajaron durante una hora hasta Darwin para honrar a los fallecidos en
1982. Allí están los nombres de los 649 muertos argentinos y 237 tumbas.
114 de ellas están sin identificar.
Fuente: Clarín.com.
No hay comentarios:
Publicar un comentario