21 de febrero de 2012

"Lamento todo lo que pasó, no tengo consuelo tampoco"

La tragedia de Carlos Casares tiene desconsolada a la ciudad, a los familiares de los dos adolescentes muertos y de los accidentados, pero también a la madre del joven que provocó la tragedia sobre la ruta cuando atropelló con su auto a los cinco chicos que volvían del boliche.

Se llama Rosa Cordero, es la mamá de Mauricio Antonio Cánepa y cuenta: "Estamos viviendo un drama y comprendo la impotencia de la familia de las víctimas. No sé como fue todo ni quiero justificar nada... No sé si se asustó... Lamento todo lo que ha pasado, no tengo consuelo tampoco".

En diálogo con radio Mitre y muy compungida por lo que sucedió cerca de las 6 de la madrugada del lunes en el camino conocido en esa ciudad como Lowenthal, Cordero explicó que habló con su hijo cuando ya estaba detenido y que "él estaba en un estado que no se daba cuenta de lo que pasó. Dice que no puede haber hecho eso. Está bloqueado, además todavía no estaba recuperado de la muerte del padre", quien falleció hace un año.

La mujer contó que su hijo, de 28 años y que en un mes se recibía de Licenciado en Sistemas, originariamente esa noche no tenía pensado salir. "No sé si tomó no tomó... Pido perdón a la familia sin tener yo la culpa. A mi hijo lo eduqué bien. La gente que lo conoce sabe que es trabajador y estudioso, y tampoco entienden nada".

Sin poder cesar con su desconsuelo, concluyó: "Me pongo en lugar de las familias de los chicos fallecidos y accidentados y no logro entender lo que ha pasado... Entiendo todo, estoy destrozada, sé lo que es perder un hijo porque tengo dos hijas en el cementerio".

Mientras, Cristian, el hermano de Andrés Sayavedra, uno de los jóvenes que murió atropellado ayer, pidió Justicia y dijo muy consternado: "Mi hermano recién empezaba a salir y me lo sacaron de mi lado. Tenía 15 años".

Luego de que el cortejo fúnebre trasladara los restos de Sayavedra rumbo al cementerio local, el hermano de la víctima explicó: "El te levantaba todo el mal humor que tenías y era muy compañero. No tengo palabras. Se tiene que hacer justicia por los chicos que murieron". Y agregó: "La esperanza que queda, es que se haga justicia, porque a mi hermano no me lo devuelve nadie".

Sayavedra y Noelia Pérez murieron ayer a la mañana luego de ser atropellados junto a otros tres jóvenes que iban desde un boliche bailable a sus casas en la ciudad bonaerense de Carlos Casares.

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