Los policías bonaerenses que se encontraban acuartelados en una sede
de Infantería de La Plata levantaron la medida luego de once horas de
protesta.
Los efectivos reclamaban la reincorporación de seis
uniformados separados de la fuerza por participar en los incidentes con
militantes de La Cámpora durante la asunción de Daniel Scioli. Ahora,
las autoridades se comprometieron a acelerar los sumarios internos para
definir su situación.
La protesta, que comenzó alrededor
de las 7.30 con más de un centenar de policías de Infantería protestando
en el playón ubicado en las calles 1 y 60 de La Plata, recién fue
desactivada por el gobierno bonaerense pasadas las 19, tras una reunión
de las nuevas autoridades civiles de la Policía con los efectivos
cesanteados y la intervención del juez de Garantías César Melazo.
Las
autoridades se comprometieron a acelerar los sumarios internos que
definirán la situación de los efectivos sancionados. "Sanciones no va a
haber para nadie", aseguró más temprano uno de los voceros de la
protesta, el capitán Walter Revoredo, uno de los policías separados tras
los incidentes.
Revoredo sostuvo que, por "proteger" al
gobernador Daniel Scioli, "hoy nos encontramos fuera de la fuerza".
Sobre el choque con los militantes de La Cámpora, aseguro que los
efectivos recibieron "la orden de que no ingresara más gente a la
Legislatura por miedo a que se cayeran los palcos y cuidar la integridad
física del gobernador".
Según el policía, "hay videos de la
agresividad que hubo hacia nosotros" durante los incidentes con La
Cámpora, por lo cual reclamó "la reincorporación ya" de todos los
efectivos cesanteados.
Los uniformados aseguraron en todo
momento que la medida de fuerza "no" tenía una connotación "política" y
tampoco se trataba de un reclamo "corporativo", al tiempo que
atribuyeron los incidentes del pasado lunes en la Legislatura a que "los
militantes de La Cámpora entraron con cánticos diciendo que eran la JP,
que nadie los iba a parar, y nosotros cumplimos la orden de que no
ingresen porque si lo hacían, se caía un palco".
Más
temprano, el gobierno bonaerense había asegurado que "de ninguna manera"
se iban a "tolerar presiones, extorsiones ni condicionamientos" de
parte de los policías autoacuartelados. "Están funcionando los
mecanismos institucionales previstos", afirmó el jefe de Gabinete de la
provincia, Alberto Pérez. El gobernador Scioli, en tanto, siguió minuto a
minuto la situación pero evitó pronunciarse públicamente sobre el
hecho.
Por su parte, el ministro de Justicia, Ricardo Casal,
insistió en que el Gobierno les "garantiza" a los policías desafectados
transitoriamente "celeridad de Asuntos Internos, que aporten pruebas a
su alcance y que no habrá arbitrariedad", pero aclaró que se les hizo
esa propuesta "con la condición de que descompriman esta situación, pues
un gobierno democrático no puede estar sometido a presión o extorsión
en busca de un resultado".
Scioli ordenó el lunes a la
noche desafectar "al personal policial y al subcomisario a cargo" del
operativo de seguridad por los incidentes con La Cámpora. "No toleraré
ninguna acción de la fuerza pública contra militantes políticos",
aseguró en ese momento a través de un comunicado.
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