Juan Calos Martínez, Secretario General de los ex trabajadores de
Zapla, se refirió en una entrevista con nuestro medio a los residuos de
la acerera que le provocaron la muerte a un joven de la ciudad de
Palpalá el pasado 21 de octubre.
Manifestando que “eso es una trampa
mortal que no viene de hace poco, las autoridades competentes deberían
haber asumido la responsabilidad de llevarlo a alguna parte donde no sea
peligroso, pero, lamentablemente, no lo hicieron”.Consultado sobre este tipo de residuos,
Juan Carlos Martinez, como ex trabajador de Zapla, señaló en
declaraciones a JUJUY AL DÍA® que “esto viene desde la primer colada de
agravio que se ha venido acumulando como una serie de montañas. Desde
entonces los accidentes se han venido sucediendo, no es la primera vez
que pasa”, sostuvo, y agregó que “con Zapla privatizado, la empresa
Aceros Zapla debería haber buscado la forma de poder sacar esas
‘coladas’, porque el riesgo es muy grande”.
Indicó que las razones por las cuales
estos desechos no recibían el tratamiento que correspondía ni fueron
sacados del lugar a estos residuos se debe a que “en aquella época,
alrededor de 1976, Zapla dependía de Fabricaciones Militares y no se
permitía transitar a las personas por allí, pero después de un tiempo la
gente empezó a sacar desechos para vender como carbón, ladrillos
refractarios, o hierro, y también se lo utilizaba como relleno de
canchas, como ser la cancha de Zapla, porque era favorable ya que
absorbe la humedad, y por eso no se lo eliminaba”.
Comentó que para disminuir el peligro de
los desechos, “deberían haber pasado una topadora y desparramarlo para
que no se prenda, porque cada vez que hace calor se prende por sí solo”.
“A las autoridades competentes no les
cuesta nada ir con una topadora y desparramar a todo, porque al
desparramarlo no tiene peligro; pero no dejarlo acumular así, o si no
deberían cargarlo y llevarlo donde no haya peligro”.
Por último, el ex trabajador de Zapla, y
Secretario del gremio que los nuclea, se refirió al peligro que estos
residuos incandescentes representa para la población, manifestando que
“eso debe tener una superficie de unos 500 a mil metros cúbicos; es un
peligro”, expresó, y añadió que “el riesgo era grande antes, y ahora que
Zapla no es de nadie, ese terreno no tiene vigilancia, por lo que es
una trampa mortal”, señaló finalmente.
Fuente: JUJUY AL DÍA®
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